domingo, 7 de febrero de 2016

Valadon, Utrillo, Utter

En el precioso Museo de Montmartre, se muestra una maravillosa exposición llamada Suzanne Valadon, Maurice Utrillo y André Utter en el taller del 12 de la rue Cortot. El número 12 de la rue Cortot no es otro sitio que el propio edificio del museo. Con motivo del 150 aniversario del nacimiento de la pintora, abrió las puertas esta exposición temporal, que finalizaba el 15 de febrero pero ha sido prorrogada hasta el 13 de marzo, para mostrar una interesante colección de obras de tres de los inquilinos más famosos del inmueble, el conocido como Trío Infernal. Aunque muchos artistas residieron y trabajaron en esta bella finca con jardín, los tres citados la convirtieron en un lugar famoso al haberla representado en varios de sus cuadros. Además es la primera exposición que reúne cuadros de los tres artistas y está situada alrededor de las habitaciones, con mobiliario original, del apartamento, reproducidas tal como eran cuando los tres vivían allí. Asimismo hay una sala multimedia donde se explica la vida de Valadon y la época que le tocó vivir, con una bonita maqueta del barrio de Montmartre. Antes de empezar, ya aviso que recomiendo esta exposición encarecidamente por el interés que despiertan estos artistas (no muy conocidos por el gran público), por ser la primera que se celebra de los tres juntos y por ser el mejor entorno posible para la misma, ya que muchas de las obras se pintaron aquí.

Adán y Eva de Suzanne Valadon, los modelos son ella misma y André Utter

El eje central de la visita es Suzanne Valadon. Nacida como Marie-Clémentine Valadon, de pequeña quiso ser artista de circo y se preparó para ser acróbata pero una caída le impidió continuar su actividad. Modelo de importantes artistas como Toulouse-Lautrec (quien la rebautizó como Suzanne), Degas, Renoir o Chavannes, empezó a dibujar y pintar inspirada por éstos. El propio Degas la animó a pintar y a exponer sus obras. Siendo soltera, tuvo un hijo que, años después, sería adoptado por su amante, el catalán Miquel Utrillo. Al cuidado de su hijo pequeño y de su madre viuda, consiguió gran éxito con sus obras gracias, en parte, al apoyo de la galerista Berthe Weill quien logró que participara en varias exposiciones y que se organizaran tres retrospectivas de su trabajo. Valadon fue también la primera mujer admitida en la sociedad nacional de Bellas Artes lo que la une a otra pionera artística de la que ya hablamos en este blog, Mme. Le Brun. Se casó con un agente de bolsa pero su matrimonio sólo duró trece años. Su hijo Maurice fue alcohólico desde muy joven y, en una de sus borracheras, uno de sus amigos lo llevó a casa: era André Utter. Valadon abandonó a su marido para iniciar una relación sentimental con el joven Utter, del que ya nunca se separó y con el que se casó en 1914. Esta unión de los tres pintores, que se trasladaron a vivir juntos al 12 de la rue Cortot, fue muy fructífera para los tres: entre ellos se servían de inspiración, se ayudaban, posaban para sus cuadros, organizaban las exposiciones en que participaban... Esos años del conocido como Trío Infernal fueron los de mayor inspiración y trabajo para los tres: la pasión, la tensión, las discusiones pero también la camaradería se reflejaron en varios cientos de cuadros. Pero el alcoholismo de Utrillo y sus incipientes problemas mentales, internamientos en centros psiquiátricos incluidos, llevaron a Valadon a mudarse con su hijo a un pueblo cerca de Lyon para apartarlo de la vida canalla de Montmartre. Los intentos fueron en vano: Utrillo nunca superó su adicción al alcohol aunque pasó por periodos de mayor estabilidad y sobriedad, sobre todo, durante su matrimonio con Lucie Valore de la que también se habla en la exposición. Utter era alto, guapo, rubio y con grandes ojos azules. Por su belleza, Valadon decidió convertirlo en modelo de varias de sus obras, entre ellas, algunas de las expuestas. Aunque era electricista de profesión, pronto empezó a pintar y a realizar trabajos como ilustrador, ayudado por su mujer y su amigo, y a gestionar la carrera de ambos. Así pues, está considerado el hombre de negocios de esta Trinité Maudite.

 
La funda del violín de Valadon

 André Utter y sus perros de Suzanne Valadon

Valadon fue una gran retratista. Sus cuadros exhiben a sus protagonistas en actividades cotidianas y desprendidos de toda artificiosidad, a la búsqueda de la fuerza interior de los personajes. Ella misma afirmó que pintaba a la gente para conocerla. Aunque también pintó paisajes y naturalezas muertas, sus retratos son sus grandes obras maestras. Colores terrosos y naturales y un dibujo muy marcado son las principales caractrísticas. Por el contrario, su hijo prefirió los paisajes de los que fue un gran maestro, sobre todo, los de su ciudad natal, Montmartre. Su pintura es más etérea, sutil y prefiere los colores fríos como el gris y ciertos tonos de azul, siempre presentes en los paisajes de la colina. Utter tomará elementos de ambos: colores cálidos pero dibujo más fluido, paisajes otoñales en líneas simples.


 12 de la rue Cortot de André Utter

La rue des Abbesses de Maurice Utrillo

Llama mucho la atención durante la visita cómo la vida personal y la profesional están completamente entrelazadas. Cada uno de ellos era inspiración para los otros, no sólo posando entre sí, también a nivel técnico. Ese enriquecimiento se ve en las obras: las pinceladas, el dibujo, la perspectiva... se ve la evolución de los elementos. Además resulta muy interesante poder ver cuadros del jardín de la casa en invierno y, a continuación, ver lo mismo por la ventana. Saber que muchas de las obras que cuelgan de las paredes fueron pintadas allí mismo, en ese lugar lleno de magia, una tranquila isla de creatividad y belleza artística en medio de la vorágine que siempre ha sido Montmartre. Entre esos muros nacieron y en esos muros están expuestas. Allí vivieron los pintores y allí recibieron la inspiración que dio fruto en esas piezas. A pesar de haber visitado muchísimas exposiciones, es la primera vez que veo algo así. Una vista singular y creo que irrepetible.

 Imagen de una de las habitaciones del apartamento donde vivieron los tres pintores

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